
Me crie escuchando a Óscar Agudelo. Podría decir que la suya fue la primera música que llenó mis oídos. Eso sí, después de las canciones para niños que mi madre me cantaba cuando, siendo un bebe, me mecía en la cuna.

Los novelistas colombianos han encontrado en la violencia que ha vivido nuestro país una veta temática que les permite explorar, desde la narrativa, el porqué de una guerra fratricida que ha dejado tantos muertos.

Por estos días se respira un aire diferente en Manizales. Y no solo por el espíritu navideño que imprime un ambiente de paz y concordia, sino porque cada día que pasa se acerca el fin de este gobierno que nos hundió en la sima profunda de desprestigio, estupidez, corrupción y desgreño. Cada día nos arrimamos más a terminar con este ridículo progresivo y con esa sensación de temor con la que amanecimos durante cuatro años en los que no sabíamos a qué nuevo escándalo nos iba a someter el fulguroso alcalde Carlos Mario Marín.